Sobre su cabeza se puede ver el cartel de Don Miguel, y en sus manos se aprecia al mismo personaje. El cigarro prendido en sus dedos lo acompaña desde que responde cuántos años lleva trabajando ahí. Juan Barros lleva 27 años atendiendo a distintos yuppies, trabajadores y dueñas de casa que acuden a su kiosco en busca de comida, bebida, revistas, etc.…
¿Cuánto ha sido la mayor cantidad que un cliente ha gastado?
Creo que fueron unas 19 lukas de una, el tipo llegó con dos niñitas que no dejaban de molestarlo, creo que eran sus hijas o algo así, él les dijo: "elijan lo que quieran", y se sentó en el banco de ahí. 10 min. Después yo recibía los 19 mil pesos en la mano.
¿Y la menor?
Los clásicos dulces de diez pesos, pero una vez vino un cabro con cara de hambre y me dijo que sólo tenía un peso que se había encontrado en el suelo. No pude negarle el dulce de Coca Cola.
Hablando de niños, ¿son muchos los que vienen a comprar cigarros?
En realidad no tantos, ahora que salió la ley maldita, no podemos vender siempre. Aunque en realidad, los que vienen igual se van a su casa con los cigarros.
¿Por qué la ley maldita?
Porque se cagó a todos los kiosqueros, y además como fumador me siento perjudicado. Entiendo que es algo que se debe normar, pero que no se permita vender cigarros sueltos, que tengamos la cara de ese weón (apunta a Don Miguel) en todas partes, nos mata el negocio, reduce las ventas.
¿Alguna vez ha venido algún travesti a comprar algo?
Una sola vez, yo llegué mas temprano de lo habitual y había uno sentado en una cuneta, yo nunca los había visto en el barrio. Cuando vio que yo abrí se acercó y me pidió una Coca Cola Light y unas mentitas Light. Cuando se las pasé, vi que tenía un ojo en tinta y un poco de sangre en el labio. Pagó y se fue.
1 comentario:
Chuaata, hacen falta kiosleros asi en el mundo. Si el 1 % de los kioskeros fuera como el este seria un mundo mas feliz.
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